A pesar de que la cultura en el país genera más del tres por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), el presupuesto asignado a este sector se redujo considerablemente durante la pandemia, lamentó el académico de la Escuela de Artes Escénicas de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), Alejandro Pérez Sáez.
Detalló que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2018 las empresas culturales produjeron ganancias de más de 702 mil millones de pesos, lo que equivale al 3.16 por ciento del PIB. Sin embargo, al sector solo se le asignó el 0.3 por ciento del Presupuesto de Egresos de la Federación, lo que representa el 0.07 por ciento del PIB.
Además, el presupuesto para gastos de operación y promoción de la cultura descendió nueve por ciento en 2020, mientras el subsidio para actividades culturales, como ferias y festivales, el 44 por ciento y el presupuesto operativo de las instituciones culturales federales el 75 por ciento.
En el marco del seminario internacional “Pandemia y sus efectos en la enseñanza de las artes escénicas'', consideró que “sin cultura no hay futuro” y afirmó que la solidaridad y la cooperación entre instituciones y universidades son fundamentales para superar los retos culturales en el país.
Pérez Sáez refirió que la pandemia reveló los problemas estructurales que tiene el sector cultural y especificó que las políticas públicas especializadas, así como los planes de trabajo de instituciones y universidades son acciones inmediatas que se pueden llevar a cabo para apoyar el rubro.
“Las épocas de crisis suelen ser las más fructíferas en cuanto al desarrollo de la imaginación, ya que generan escenarios a favor del desarrollo cultural”.
Por otro lado, comentó que, con la pandemia, la vida común cambió radicalmente. La pandemia agudizó, mostró y reveló la fragilidad de la sociedad en varios terrenos como la salud pública, la educación, los empleos, la familia, las relaciones sociales y la violencia.
En el escenario educativo, finalizó, la pandemia exigió reinventar la docencia para hacerle frente al rezago y la deserción escolar, retos cruciales a los que se van a enfrentar las instituciones educativas.