La Comisión de Gobernación y Puntos Constitucionales en la Legislatura mexiquense dejó ir la oportunidad de prohibir en la entidad el consumo de popotes, vasos, bolsas, utensilios y contenedores plásticos, pero acordó que los establecimientos de alimentos y bebidas, tiendas de autoservicio, farmacias, mercados, restaurantes y similares implementen medidas para desalentarlo.
Los diputados avalaron que la Secretaría del Medio Ambiente, las cámaras empresariales, organizaciones de la sociedad y la ciudadanía promuevan la sustitución gradual de dichos artículos por productos sustentables elaborados con materiales reciclables, compostables o que sean de pronta biodegradación.
La reforma al artículo 2.202 del Código para la Biodiversidad del Estado de México, formulada por la diputada panista Ingrid Schemelensky, fue aprobada por mayoría, con el voto en contra de los diputados del Verde Ecologista (PVEM), Alberto Couttolenc y María Luisa Mendoza, y de Encuentro Social (PES), Lourdes Garay, y del petista Luis Antonio Guadarrama, quienes proponían la prohibición total de estos materiales y no solo que no se promueva su uso.
Schemelensky Castro expuso que los plásticos son el aliado número uno de la contaminación, por su permanencia durante largos periodos que provoca grandes daños al medio ambiente, por lo que planteó la necesidad de sustituirlos con materiales reciclables, reutilizables, compostables o de pronta degradación.
La Asociación Nacional de Industrias de Plástico, recordó, revela que México ocupa el décimo segundo lugar como consumidor de productos de plástico en el mundo; anualmente cada mexicano utiliza 48 kilogramos en promedio de bienes fabricados con este material.
Además, la contaminación por plásticos aumentó 190% en los últimos cinco años; cada año las bolsas de plástico que se vierten en el océano acaban con la vida de un millón de animales; en un restaurante se desechan cerca de 45 mil popotes el año, y una persona puede consumir casi 38 mil de ellos durante su vida.
Garay Casillas, presidenta de la Comisión de Protección Ambiental y Cambio Climático, señaló que el trabajo de concientización se debe dirigir a los ciudadanos y no a los establecimientos, por lo que externó su desacuerdo hacia la propuesta, pues aseguró que la sustitución no es suficiente, y “sólo alimenta falsas soluciones”, ya que los plásticos biodegradables no ayudan a reducir la contaminación ni el consumo insostenible de recursos naturales, pues siguen siendo polímeros derivados del petróleo.
El coordinador de la bancada del PVEM, Alberto Couttolenc, aseguró que el país y el estado requieren de acciones concretas, como la prohibición, que contribuyan al consumo responsable de bolsas de plástico, popotes y contenedores, y no sólo de medidas preventivas.
Recordó que ya existe legislación en los municipios mexiquenses más poblados para este propósito, entre ellos, Toluca, Metepec y Tlalnepantla, con sanciones establecidas en los bandos municipales; sin embargo, refirió, existe incertidumbre y falta de certeza, pues ésta debe ser otorgada por los legisladores mediante más reformas correspondientes.
Desde su punto de vista, la iniciativa aprobada, en términos de buenos deseos y buenas intenciones, pronto necesitará una sustitución, pues “no le sirve de absolutamente nada a la ciudadanía”.
Su correligionaria María Luisa Mendoza consideró la propuesta como “limitativa y sometida a la voluntad del sector empresarial y de la sociedad”, omitiendo la esencia de una ley de ser imperativa y coercitiva.
Con los cambios, consideró, sólo se busca promover estrategias para el uso responsable de los plásticos, pero no establecer una prohibición, y sugiere que se impulsará la sustitución de materiales dañinos pero no dice cómo, cuándo, ni dónde, ni señala un plazo para que los establecimientos dejen de utilizarlos o una sanción en caso de no hacerlo.
El morenista Gerardo Ulloa confió en que un cambio paulatino no significa quitar el dedo del renglón y establecer una fecha para aprobar la prohibición y que esta, a su vez, incluya una política pública para los empresarios y los trabajadores que se verán afectados.
La priísta Maribel Martínez consideró que la reforma tutela una transición justa para empezar a dejar los plásticos de un solo uso e incentivar el de aquellos que puedan ser reciclables, compostables y de pronta degradación, al tiempo que se va creando conciencia en los ciudadanos.
El petista Luis Antonio Guadarrama coincidió en que la responsabilidad de los legisladores va más allá del contenido de ésta iniciativa, conscientes del reto mundial que implica la contaminación, por lo que se manifestó en contra.
El legislador sin partido Carlos Loman apoyó la reforma, pero advirtió que no es la solución al problema, por lo que confió en que la decisión no está peleada con una reforma punitiva en la que debe trabajarse.