Jaime Sabines fue un poeta para la gente de la calle, fue un poeta popular, hizo un arte no sólo para el público especializado y esa es su principal herencia, sostuvo el catedrático e investigador de la Licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas del Centro Universitario Amecameca de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Alfredo Ramírez Membrillo.
“Como anota en su texto El peatón: ‘¡Dios mío!, dice Jaime. Tengo que ser papá o marido, o trabajar en la fábrica como otro cualquiera, o andar, como cualquiera, de peatón. ¡Eso es!, dice Jaime. No soy un poeta: soy un peatón. Y esta vez se queda echado en la cama con una alegría dulce y tranquila”, afirmó el universitario.
En el marco del aniversario luctuoso del poeta chiapaneco, que se conmemora el 19 de marzo, Ramírez Membrillo puntualizó que el autor de Los amorosos fue un poeta de expresión clara y directa.
“El 30 de marzo de 1996, hace 26 años, ofreció un recital-homenaje en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México. Tenía en ese momento 70 años recién cumplidos. El recinto estaba a tope. Se instaló entonces una pantalla gigante en la explanada –recurso algo novedoso en aquellos años–. La explanada también estaba llena”, dijo.
Abundó que Jaime Sabines, sentado en un escritorio en medio del escenario y con unos arreglos de flores a los costados, leía sus poemas. El público aplaudía y aclamaba cada lectura. Más de una vez el poeta no pudo contener la emoción y el llanto.
Como otros autores de la denominada poesía coloquial o conversacional, manifestó, Jaime Sabines recibió, a lo largo de su vida, algunas ácidas críticas de la élite literaria porque se calificaba a su poesía de facilona; incluso, algunos lectores y críticos siguen calificándola así.
En efecto, subrayó, fue un poeta de palabra sencilla y emocional, pero de enorme calidad sonora y, sobre todo, cargada de verdades. “Y esto no se logra fácilmente”, dijo.
Alfredo Ramírez Membrillo recalcó que aunque la poesía de Jaime Sabines parezca elemental, su palabra se encuentra llena de sentido y, sobre todo, comunica con la gente. “¿Pueden decir lo mismo los y las poetas de la sofisticación?, ¿Pueden decir lo mismo las y los artistas de élite –de cualquier disciplina artística–? Es decir, ¿cuántos creadores de arte de élite comunican con la mayor parte del público? En realidad, a ese tipo de artistas no les importa mucho eso”.