Luego de la autorización otorgada por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para la aplicación de pruebas rápidas para la detección de COVID-19, la Secretaría de Salud del Estado de México informó que no tiene previsto su uso en esta etapa de la emergencia sanitaria.
El estado únicamente ha optado por realizar pruebas a pacientes sospechosos mediante la técnica de Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR), un método que permite identificar con amplia precisión el nuevo coronavirus, destacó la autoridad.
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Hasta el momento, las pruebas aplicadas han derivado en 24 564 resultados positivos, 25 773 negativos y 10 284 se mantienen como sospechosos.
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Recientemente, la Secretaría de Salud federal, a través del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, precisó que las pruebas autorizadas deben usarse con ciertos límites, sin embargo, no son recomendadas por las autoridades sanitarias federales: “Hasta el momento, las pruebas rápidas no representan un instrumento de diagnóstico útil para el diagnóstico confirmatorio de COVID, dado que tienen muy baja sensibilidad y especificidad, que son dos atributos fundamentales para poder distinguir con certeza quiénes realmente tienen exposición al virus”, señaló.
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A pesar de ello, se ha detectado la venta de diversas pruebas rápidas a través de las redes sociales, con precios que van desde los 1 200, hasta 2 000 pesos cada una.