A lo largo del último año, en México 109 mil 319 personas renunciaron a sus empleos derivados de temas de acoso laboral y presiones constantes por parte de compañeros de trabajo o sus superiores, lo que impacta tanto en la vida personal como en la productividad y rentabilidad de las empresas.
Ante esta situación, Gilberto Sauza Martínez, presidente del Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México, planteó la urgencia de crear ambientes laborales sanos, donde se detecten oportunamente las conductas indebidas y se ofrezcan capacitaciones y formación para erradicar esa problemática.
Además, resaltó que el crecimiento exponencial de ese fenómeno, expone la necesidad de articular una política pública en la que participen las autoridades y el sector privado, porque el acoso laboral se presenta en ambas esferas e impacta en la vida productiva y personal de los y las colaboradoras.
“Uno de los temas principales es que esta situación no se corta desde el inicio y va teniendo una tendencia de crecimiento, generando estragos mucho mayores, primero en el individuo, luego se extiende al ámbito social y naturalmente impacta en el tema económico”.
Las condiciones de violencia y acoso actualmente representan el 3.4 por ciento de los casos de renuncia de los colaboradores, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, señaló el presidente de Concaem y destacó que esa dinámica nociva permea, también, en los sectores académicos, dañando a la persona y rompiendo el tejido social.
Tan solo en el Estado de México se contabilizaron 220 casos de acoso a estudiantes en toda la entidad.
Indicó que desde Concaem se han establecido diferentes esfuerzos que permitan atender esta problemática, como lo es el convenio de colaboración firmado con la Secretaría de las Mujeres para crear una cultura de inclusión y justicia dentro de las organizaciones empresariales, así como el primer “Programa de capacitación para colaboradores y jefes de recursos humanos” que se desarrolló durante los últimos cuatro meses en el Parque Industrial Toluca 2000.
Señaló que son acciones de sensibilización que tengan un impacto en la vida cotidiana de los trabajadores y que puedan ser aplicadas en sus entornos sociales, abonando a una cultura de paz y estabilidad.