En la última década, la palabra “diabetes” se ha convertido en parte importante de las campañas anti azúcares añadidos, anti refrescos y todas aquellas soluciones que pretenden combatir los índices tan altos de obesidad que se presentan en nuestro país, casi se ha convertido en una palabra de uso cotidiano, pero: ¿realmente sabemos qué es la diabetes?
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, se trata de la poca o nula habilidad del organismo para generar insulina, ya que ésta es clave para procesar los azúcares, así que, como solían decir las abuelas: “es el exceso de azúcar en la sangre es malo”.
Existen tres tipos principales de diabetes: tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional. La diabetes tipo 2 es la más común, y representa hasta el 90 por ciento de todos los casos, se relaciona con factores de riesgo modificables como la obesidad o el sobrepeso, la inactividad física, y las dietas con alto contenido calórico de bajo valor nutricional.
He aquí algunos testimonios en torno a los síntomas de la diabetes:
“De repente se me dormían las manos, me daba mucha sed y se me nublaba la vista, yo pensaba que se trataba del cansancio del trabajo o que me hacía falta hacer ejercicio, ojalá hubiera comenzado con buenos hábitos hace 10 años”, así lo reconoce Ofelia, quien desde hace cuatro años está diagnosticada con diabetes tipo 2, y sospecha que todo empezó por los excesos de azúcar que consumía.
“No lo sabía, pero creo que eso me fue enfermando, tomaba a diario dos litros de Coca, en el desayuno, en el almuerzo y en la comida, creía que un taco sin refresco no era taco, que el postre era necesario. Hoy daría lo que fuera por comerme un dulce sin sentir que me voy a morir”
Pero, ¿algo tan rico como los dulces, pueden convertirse en alimentos tan letales? ¿Qué tal la comida frita? La respuesta es contundente y escalofriante: Sí.
Si bien no vas a morir de diabetes, sí de alguna de las complicaciones que genera, y es que, después de muchos años, tanta azúcar en la sangre puede causar problemas en el cuerpo. Puede dañar los ojos, los riñones, los nervios, la piel, el corazón y los vasos sanguíneos. Es decir, te puedes quedar ciego, te pueden amputar una extremidad (como los pies), tienes más riesgo de tener un infarto al miocardio (corazón) e incluso en el cerebro (embolia).
En ese sentido, Víctor Torres, presidente de la Academia Mexiquense de Medicina (AMM), lamentó que cada vez son más altas las cantidades de refresco que consumen las personas, además de que los niños consideran las bebidas gaseosas como parte de su dieta.
“Ahorita tengo que comer bien, cinco veces al día, mucha verduras, casi nada de carne, hacer ejercicio, dormir bien, eso lo pude haber hecho hace diez años para evitar tomar hasta 8 pastillas al día o inyectarme insulina, ojalá lo hubiera sabido, añadió Ofelia.
Actualmente en el Estado de México, el ISSEMyM atiende a un promedio anual de 66 mil pacientes con esta enfermedad, 64 por ciento de estos casos presentan comorbilidades, tales como hipertensión, obesidad, dislipidemia o hipercolesterolemia, y se gastan al menos, 108 mil pesos por paciente al año.
Cabe mencionar que este fin de semana, la futbolista Diana González, campeona con América Femenil y originaria de Toluca, falleció debido a una descompensación en los niveles de glucosa, llevaba años luchando contra la diabetes pese a sólo tener 26 años de vida.