El wómbat, es un animal muy peculiar, con un aspecto similar al de un peluche gigante y una característica de lo más curiosa para defecar en forma de cubo. Esta especie tan singular y poco convencional no podría vivir en otro lugar que no fuera Australia.
El veterinario retirado Ted Finnie, comenzó a detectar en su finca algunos agujeros extraños, que habían dejado al descubierto pequeños “manantiales de agua”, que hasta ese momento se encontraban enterrados a gran profundidad.
Extrañado, decidió investigar las grabaciones de las cámaras de seguridad, con el fin de poner cara al zahorí misterioso que había dejado el preciado líquido salir al exterior. Y así fue como encontró a un grupo de wómbats, utilizando sus poderosas patas para excavar la arena seca por la ausencia de lluvias.
El agujero excavado por los wómbats ha sido una bendición para un gran número de especies. En las cámaras de Finnie, se puede ver cómo corren a beber de ella desde goannas hasta wallabíes, pasando por emús y también por el propio ganado del dueño de la finca, por supuesto. Todo tipo de animales se acercaban a este nuevo surtidor de agua, excavado a cuatro metros de profundidad.
Lo más increíble es que no es un suceso aislado; pues, después de que Finnie, diera a conocer lo sucedido en sus tierras, le han contactado para contarle otros dos lugares de Victoria, en los que ha ocurrido algo similar.