El pasado mes de abril, en este espacio te compartimos la noticia de que el Gobierno de Eslovaquia había autorizado la eliminación de 350 osos pardos, esto tras declarar estado de emergencia en todo su territorio como consecuencia del ataque de uno de estos mamíferos que acabó con la vida de un hombre en el distrito de Detva.
Ahora, a poco más de un mes de la polémica decisión, criticada fuertemente por organizaciones ambientalistas, las autoridades de aquel país europeo anunciaron que pondrán a disposición de restaurantes la carne de los ejemplares abatidos de forma regulada por el Ministerio eslovaco de Medio Ambiente.
“Si se eliminan individuos problemáticos, y son apropiados y utilizables para el consumo, serán ofrecidos a establecimientos de restauración. Entregaremos todo ejemplar capturado que cumpla las condiciones. ¿Por qué? Porque la carne de oso es comestible para el ser humano”, escribió vía Facebook Filip Kuffa, secretario de la dependencia.
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Según el funcionario, para poder comerciar la carne de oso pardo, especie protegida en Europa, las y los interesados deberán tramitar un certificado de excepción.
“Quien quiera venderla u ofrecer platillos preparados a partir de ella, tendrá que obtener el certificado CITES, el cual es garantía de que la carne fue cazada legalmente y está libre de transmitir enfermedades como la triquinosis”, señaló.
Expertos calculan que de un oso de 160 kilos se pueden aprovechar alrededor de 80 kilos de carne, siendo los muslos y hombros aptos para el consumo humano; mientras que los lomos y las costillas son adecuados para asar. En tanto, la grasa suele utilizarse para, por ejemplo, cocinar; crear ungüentos medicinales; y sustituir otras grasas de origen animal.