A principios de julio, el mundo entero se sorprendió con la noticia de que más de 300 elefantes fueron encontrados muertos al norte de Botswana, África. Sin embargo, hasta hace pocos días, el origen de estos fallecimientos aún era desconocido, pese a que, inmediatamente, se enviaron muestras de los restos a distintos laboratorios para resolver el misterio detrás de su muerte.
Ahora, los resultados han sido revelados y los científicos están seguros de que los cientos de ejemplares murieron por causa de una bacteria, específicamente de una cianobacteria, la cual es capaz de producir toxinas que pueden envenenar a cualquier tipo de fauna, tanto marina, como terrestre.
En el caso de los elefantes de Botswana, esta cianobacteria produjo una toxina en el agua que bebían, causando la muerte de todo este enorme grupo de paquidermos.
De acuerdo con el Departamento de Fauna Salvaje y Parques Nacionales de Botswana, 330 elefantes murieron en la zona de Seronga. Según una de las hipótesis generadas por este mismo Departamento, los ejemplares habrían muerto a causa de un trastorno neurológico después de haber bebido agua contaminada “por una floración tóxica” de cianobacterias.
No obstante, esto sólo representa el inicio de la investigación por parte de las autoridades del país africano, ya que aún no está del todo claro el por qué los elefantes fueron los únicos afectados por el consumo de agua tóxica.
Por lo pronto, la versión sobre el consumo de agua contaminada se mantendrá como oficial, luego de que el Gobierno de Botswana informara que las muertes terminaron una vez que los estanques se secaron.