Los pulpos pueden usar cualquiera de sus tentáculos para realizar tareas, pero tienden a emplear uno o varios al momento de llevar a cabo acciones específicas, como explorar o desplazarse.
A esta conclusión llegó un nuevo estudio elaborado por la Universidad Atlántica de Florida (Estados Unidos) tras observar 25 ejemplares en su hábitat natural con diferentes fondos marinos: desde lisos a arenosos o complejos arrecifes de coral.
En el artículo publicado en la revista Science Reports, los autores explican que las extremidades de estos animales son estructuras complejas formadas por cuatro grupos musculares separados alrededor de un nervio central, lo que permite que se deformen de muy diversas maneras.
Sin embargo, aunque todas las partes del tentáculo resultan capaces de realizar una amplia gama de movimientos, algunos se producen más en una parte del brazo que la otra.
“Luego de analizar 25 grabaciones de pulpos comunes y de especies relacionadas, nos percatamos que todos ellos podían deformar sus ocho tentáculos de cuatro formas y ejecutar acciones con cada brazo, pero los cuatro delanteros se emplean con mucha más frecuencia que los traseros, sobretodo al momento de explorar el entorno”, apuntó Roger Hanlon, líder del equipo.
“Por su parte, los traseros se utilizan más para rodar. El tentáculo se mueve por debajo del animal a lo largo del fondo marino de forma similar a una cinta transportadora y, para elevarse, extienden el brazo para levantar el cuerpo”, agregó.