El reflejo de lo que alguna vez fue la casona ubicada en Av. Lerdo se puede observar en los charcos formados por las lluvias de los últimos días.
El último balcón de la fachada aún se mantiene a pesar de las inclemencias del tiempo y los desastres naturales que han azotado a la capital mexiquense.
Pocas son las estructuras que quedan de este tipo, sin embargo, son estructuras que no se pueden tocar pues se necesita un permiso por parte del INAH.