Los perros chihuahueños son nerviosos y agresivos, mientras que los Golden Retriever son nobles y tranquilos. Estas son algunas ideas sobre ciertas razas caninas basadas en la observación, pero no en hechos científicos precisos.
En ese sentido, una nueva investigación afirma que la personalidad de los perros no depende tanto de su raza, sino de otros hábitos adquiridos a lo largo de su vida.
“Existe una gran cantidad de variaciones de comportamiento en cada raza y, a fin de cuentas, cada perro es realmente un individuo”, señala Elinor Karlsson, genetista de la Universidad de Massachussetts y autora del estudio.
Los diferentes testimonios recopilados entre dueños de mascotas por parte de Karlsson, la llevaron a realizar una investigación científica en torno a dicha situación. Con ésta, la especialista quería saber cómo los patrones de comportamiento son heredados, y en qué medida se relaciona la raza canina en cuestión con las actitudes más distintivas y predecibles.
Para ello, Karlsson y su equipo encuestaron a más de 18 mil propietarios de perros y analizaron los genomas de unos 2 mil 150 ejemplares para buscar patrones.
Los resultados indicaron que comportamientos como aullar, señalar y ser amable con extraños tienen, la mayoría de las veces, una base genética. Sin embargo, esa herencia no tiene que ver necesariamente con la raza.
Un ejemplo claro de esta situación es que algunas razas, como los Husky o Beagle, cuentan con una mayor tendencia a aullar; pero muchos de ellos, en realidad, no lo hacen, tal y como demostraron tanto la encuesta de dueños como los datos genéticos.
Otra de las conclusiones más destacadas a la que llegaron los especialistas señala que el 9% de la variación del comportamiento de los perros está vinculada a la raza, y que factores como la edad, entorno y experiencias influyen de manera importante en su forma de ser.
“La mayoría de los comportamientos que hoy en día consideramos característicos de las razas modernas de perros no son más que el resultado de miles de años de evolución. Desde el lobo hasta el perro salvaje, pasando por el can doméstico y, finalmente, por las razas modernas”, finaliza Karlsson.