Tener un gato implica contar con un buen y confiable arenero, ya que como sabemos, a diferencia de los perros, por instinto estos animales defecan y orinan en lugares específicos, y este sitio hace las veces de su baño.
En el mercado hay numerosas marcas de arena, lo que puede hacer complicado elegir una, además también hay de muchos tipos, como aquellas que priorizan la absorción o el buen olor u otras propiedades benéficas, sin embargo, no necesariamente debemos depender de las opciones comerciales.
Con los materiales adecuados y un poco de tiempo nosotros mismos podemos hacer arena casera con las características que más nos convengan y a nuestro gato.
De acuerdo con los especialistas, entre los materiales que se pueden usar se encuentra la harina de maíz, ya que tiene una gran capacidad de aglomerar los desechos de tu mascota, esto quiere decir que se forman sólidos fáciles de recolectar.
El aserrín, aunque no lo creas, es otro de los componentes más ecológicos para hacer tu propia arena para gatos, ya que además de sus capacidades absorbentes, también es biodegradable y está libre de productos químicos; eso sí, es importante que verifiques que no se vaya ningún pedazo de madera que pueda resultar peligroso para el felino.
También puedes usar trigo —orgánico de preferencia, para evitar compuestos químicos—, solo necesitas moler los granos y echar el producto resultante a la caja, con lo que tendrás una arena que atrapará los desechos.
Estas tres opciones no te librarán de los malos olores por sí solas, pero esto se puede arreglar tan solo agregando unas cuantas cucharadas de bicarbonato a la preparación.