El invierno ha llegado a Brasil y un pequeño pueblo localizado en el sur ha encontrado una solución para atraer a más personas sin hogar a sus refugios en las frías noches de esta temporada.
Y es que la ciudad de Canoas, en el estado de Rio Grande do Sul, se dio cuenta de que una gran cantidad de indigentes evitaban permanecer en los refugios debido a que sus animales de compañía no son bienvenidas.
“Muchas veces, ellos prefieren quedarse en la calle para no abandonar a sus mascotas”, aseguró Fabiane Tomazi Borba, secretaria de Bienestar Animal de Canoas.
Sin embargo, ahora estas personas y sus queridas mascotas podrán resguardarse de las bajas temperaturas dentro de las instalaciones de la escuela La Salle Sao Pualo, que tiene capacidad para albergar a 150 individuos por día.
Tal es el caso de Machado de Lima, un hombre necesitado que, por mucho tiempo, soportó vivir en las calles con tal de no dejar solos a sus perros.
“Si no pudiera quedarme en el refugio, los llevaría a dormir conmigo en la calle”, comentó.
Con este nuevo reglamento, los refugiados de Canoas recibirán diariamente un kit de artículos de primera necesidad, además de ser proporcionados con desayuno y cena.
Por su parte, los animales serán sometidos a chequeos veterinarios y en caso de que el dueño lo prefiera, podrán ser desparasitados, vacunados y/o castrados.
“(las mascotas) Pueden vivir aquí con sus padres, dormir calientitos, sanos y con la garantía de que no transmitirán ninguna enfermedad. Nuestro propósito es cuidar a los humanos y también a los animales”, concluyó Borba.