Por primera vez en la historia de la sismología, científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México midieron la rotación producida por un sismo lento en la corteza terrestre al fondo del mar, lo cual ayudará a comprender el origen de tsunamis e incluso pronosticar terremotos.
Sin embargo, para el doctor Víctor Manuel Cruz, líder del equipo, este descubrimiento fue “algo inesperado”, pues en un principio él y sus colegas no pretendían desarrollar una fórmula para interpretar la rotación de la corteza terrestre que se encuentra bajo el océano, misma que recibió el nombre de ELADIN (Elastostatic Adjoint Inversion, por sus siglas en inglés).
El estudio, en colaboración con la Universidad de Kioto, Japón, tuvo una duración de casi seis años en la Brecha de Guerrero e implicó la instalación de estaciones en el fondo oceánico. Dichos aparatos, sumergidos a miles de metros, llevan consigo un “inclinómetro” que tiene la función de controlar el estado de cada unidad.
Al comprobar los datos recogidos por estos accesorios, Cruz y el resto del grupo descubrieron que podían conocer cuánto había rotado el fondo marino como resultado de dos sismos lentos ocurridos bajo el mar entre julio y septiembre de 2021, y entre enero y abril de 2022, respectivamente.
Luego, utilizando ELADIN, se pudo saber que “muy probablemente” el primero de los eventos antes mencionados causó el terremoto de Acapulco, de magnitud 7, acontecido el 8 de septiembre de 2021, pues sucedió en la proximidad de su hipocentro durante los dos meses anteriores al fuerte movimiento telúrico.
“Desde una perspectiva mundial, el gran hallazgo no es la observación de estos sismos lentos bajo el mar, sino la naturaleza de los datos y en los innovadores métodos que permitieron detectar y estudiar los fenómenos”, precisó Cruz.
“El descubrimiento es de vital importancia, ya que en el fondo del mar, en las zonas de subducción, ocurren procesos en el contacto de las placas tectónicas que producen los grandes tsunamis y terremotos”, finalizó.