Luego de varios rumores, esta semana el Reino Unido oficializó que retrasará el veto a los nuevos automóviles de gasolina hasta el año 2035; sin embargo, las compañías fabricantes tendrán que cumplir con ciertas condiciones para seguir vendiendo dichos vehículos.
Por ejemplo, las marcas deberán garantizar que, a partir de enero de 2024, al menos el 22% de sus coches nuevos vendidos se encuentren libres de emisiones a nivel local.
En el caso de los vehículos comerciales, el objetivo será del 10%. La cuota aumentará al 80% para los autos y al 70% para las furgonetas nuevas en 2030.
De esta manera, para 2035, todos los automóviles nuevos vendidos deberán ser sí o sí eléctricos.
“Este camino ayudará tanto a los fabricantes como a las familias a hacer el cambio hacia la electricidad, proporcionando flexibilidad y al mismo tiempo ayudando a hacer crecer la economía”, señaló el gobierno británico en un comunicado.
Las últimas cifras de la industria en el Reino Unido muestran que el 20% de los autos nuevos vendidos durante agosto fueron cero emisiones, y ahora existen un total de 48 mil 100 puntos de carga públicos, eso sin contar los ya instalados en hogares, donde se realizan la mayoría de las recargas.