Aún con la contingencia para evitar la propagación del virus COVID-19, los deportistas especiales del Estado de México continúan sus entrenamientos desde casa, con la dirección de sus entrenadores, que envían y supervisan el trabajo a distancia.
Jesús Hugo Candia Estrada es uno de los entrenadores que se mantiene al pendiente del desarrollo de sus pupilos, y preocupado por su proceso, les manda el trabajo semanal que debe ser supervisado por los padres de familia.
“Desde que empezó la cuarentena les he mandado entrenamientos. Físicamente creo que están bien, hemos tenido que modificar la planeación de trabajo porque las condiciones así nos lo exigen”, detalló.
Afirmó que, como en otras ocasiones, ha tenido que adaptarse al material que cada uno de sus deportistas tiene a la mano, por lo que “buscamos los medios, incluso creamos; algunas veces utilizamos implementos o herramienta que no son específicamente utensilios deportivos; ahorita están en un área pequeña, así que usan sillas, cojines, garrafones, porque no todos poseen los implementos en casa”.
El entrenador agregó que durante esta cuarentena el trabajo de los padres es muy importante, porque ahora recae en ellos la responsabilidad de supervisar cada sesión de trabajo y corregir, en determinado momento, con base en los planes que se les envían.
“De entrada, la comunicación con los padres es fundamental. Siempre he dicho que para lograr el objetivo, son tres las bases: el deportista, el entrenador y los padres de familia. Ahora más que nuca, están involucrados, porque son ellos quienes los supervisan”, comentó.
Jesús Hugo puntualizó que en el caso de los deportistas con discapacidad intelectual, es fundamental la continuidad de sus entrenamientos: “Si ellos dejan de entrenar uno o dos días es como si lo hicieran una semana; el proceso se rompe. Para ellos, el mejor trabajo está basado en repeticiones, una mecanización de ejercicios; entonces, es fundamental, no romper con ellos, de lo contrario, recuperarse será bastante complicado”, concluyó.