Rosa María Flores Buendía es gran referente del frontón nacional. Ella forma parte de una familia de pelotaris en la que la palabra perseverancia está de por medio, para alcanzar sus objetivos. Su gusto por el frontón se remonta a los abuelos de esta exitosa deportista, quienes lo practicaron y se lo inculcaron a su madre, Hortensia Buendía, quien fue jugadora profesional, trabajó en el gremio y más tarde fue la principal promotora al interior de su familia.
“El deporte se va pasando de generación en generación. En algunas familias, cada quien agarra su camino, en la mía no, todo fue con base en el frontón y siempre se nos inculcó el deporte. Mis abuelos llevaban a mi mamá a jugar, era como una forma de vida; era diversión, obviamente, pero te vas metiendo más y cuando te inculcan la disciplina y ciertos valores. Todo eso te va formando como persona y lo agradezco”, afirmó la pelotari mexiquense.
En un entorno netamente machista, la madre de la campeona mundial y medallista olímpica en Barcelona 1992, incursionó en este deporte sin ningún tipo de concesiones y encaró esta disciplina.
“Mi mamá fue pelotari profesional. Ella trabajó en el frontón metropolitano. Su hermano, que también fue a Mundiales, Guillermo Buendía, le decía 'cómo vas a entrar ahí, te van a matar, porque la pelota era muy dura, era como la de jai alai'. En ese momento había españolas aquí y eso hizo la competencia en mi mamá”, declaró.
“Este deporte era muy machista. Somos muy poquitas las mujeres. Toda la vida ha sido igual, por cada veinte jugadores varones, hay una mujer. Ella decía 'puedo ganarle a los hombres', además, como no es un deporte de contacto, sino de habilidad, destreza y disciplina, cuando te enfrentas a los hombres y ves que puedes ganarles a ciertos de tu nivel, que puedes ser mejor o darles pelea, eso te motiva; y más cuando te dicen 'qué flojera jugar con mujeres', eso te motiva. Precisamente por eso, ella me motivó para que, desde chiquita, también jugara los torneos”, explicó la deportista del Estado de México.
Es por ello que Flores Buendía entró en este deporte de forma natural, respaldada por su madre, quien luego de un divorcio, y teniendo que hacerse cargo de su familia, encontró en el deporte un espacio para la sana educación de sus hijas.
“Tenchita”, como le dicen en la familia del frontón, siempre ha estado junto a Rosa María, primero como entrenadora y, después, apoyando y aconsejándola; ahora también con sus nietos Manuel y Daniela Hermida Flores.
“Mi mamá fue mi entrenadora, mi apoyo. Ella siempre estuvo conmigo. Yo decía 'cuándo me iré sola a un torneo', pero creo que nunca se dio. Llevarla, que ella te coacheara, que te acompañara, cuando perdía, cuando ganaba. Es una mujer muy luchona y eso es lo que te ayuda más, te exige”, señaló.