André-Pierre Gignac ha alcanzado la marca de los 400 partidos oficiales con Tigres, un logro especial que alcanzó frente a Pachuca. Esta cifra lo coloca en el selecto grupo de ídolos felinos como Nahuel Guzmán, Hugo Ayala y Guido Pizarro, quienes han dejado una marca en la institución.
Con 209 goles, Gignac es mucho más que un delantero; se ha convertido en el máximo goleador y en el motor del equipo. Su presencia en el campo es fundamental para el éxito de Tigres, habiendo contribuido a la conquista de cinco títulos de Liga MX, una Liga de Campeones de Concacaf, cuatro Campeón de Campeones y dos Campeones Cup.
Más allá de las estadísticas, su rol como líder ha sido esencial. La afición felina ve en él a un ícono, alguien que se ha ganado su respeto y cariño gracias a su olfato goleador y pasión por los colores de Tigres.
A ocho meses de finalizar su contrato, Gignac enfrenta la posibilidad de despedirse. Sin embargo, su legado en Tigres está asegurado, consolidado como uno de los jugadores más importantes en la historia del club.