Un equipo de investigadores australianos han desarrollado un gel que posee muchas de las propiedades de los tejidos vivos, es muy resistente, se cura a sí mismo y se puede usar como músculo y piel artificiales para robots
Ni la piel ni los músculos artificiales son una novedad, y hay mucha investigación en marcha al respecto, como este proyecto para adaptarnos a las condiciones de vida en Marte. Por un lado se avanza en la creación de pieles artificiales para trasplantes, pero, además, se desarrollan pieles para robots, como esta de la Universidad Nacional de Singapur, que permite simular el sentido del tacto.
Esta vez, un equipo de investigadores en ciencia de materiales de la Universidad Nacional de Australia ha conseguido sintetizar un hidrogel que reproduce las propiedades de los tejidos vivos. Es elástico, pero muy resistente, se adapta a cualquier forma, y cuando se desgarra, se cura a sí mismo. Esto podría formar no sólo la piel, sino los ligamentos, huesos y músculos de un robot o de una prótesis robótica.
Un hidrogel es un polímero que se compone en 90% de agua y tiene gran afinidad por ella. Hasta hoy se habían empleado como «andamios» moleculares para la fabricación de tejidos para trasplantes, lentes de contacto, en unas tiritas capaces de cicatrizar heridas, y como relleno de pañales.
Los enlaces químicos de este nuevo hidrogel son programables, eso quiere decir que puede cambiar y recuperar rápidamente la forma, además de reparar los daños. Esta capacidad también permite usarlo como músculo artificial en nuevos «robots blandos» capaces de nadar.