En las grandes compañías todo pequeño detalle está calculado y todo tiene una razón de ser. Aquello que a priori puede parecer una casualidad o una coincidencia, seguramente no lo sea y menos cuando estamos hablando de empresas como Disney.
Los fans más acérrimos de los parques temáticos de la compañía, se han dado cuenta de que en la mayoría de ellos no hay espejos en los baños. Un detalle al cual muchos no le prestan la más mínima atención, pero que tiene una explicación de lo más coherente a nivel empresarial.
El hecho de prescindir de los espejos no es más que una fórmula para que los usuarios agilicen su estancia en los baños y evitar aglomeraciones tediosas que hagan que la experiencia en el parque sea mala.
Mirarse en el espejo para comprobar que todo esté en su sitio y que estemos bien peinados es un valioso tiempo que, según los responsables de estos parques, los clientes pueden dedicar a seguir consumiendo.
Estamos hablando entonces de un claro win-win para Disney, ya que por un lado evitan los enfados y por otra logran beneficios.