Una persona con fobia social tiene una sensación de que existe una especie de foco sobre su cabeza, donde quiera que vayan. Esta es una de las formas utilizadas por psiquiatras para explicar este problema.
La Organización Mundial de la Salud define la fobia social (también conocida como trastorno de ansiedad social o timidez patológica, entre otros términos) como un "miedo a ser observado por otros, lo que lleva (a la persona) a evitar situaciones sociales".
En los casos más extremos, se asocia con una baja autoestima y el miedo a ser criticado. Físicamente, la fobia social puede manifestarse a través de enrojecimiento de la cara, náuseas y temblores en las manos, por ejemplo. Estos síntomas pueden progresar y provocar ataques de pánico.
Según el Royal College of Psychiatrists, que capacita a profesionales y regula la actividad psiquiátrica en Reino Unido, cerca del 5% de la población tiene fobia social en mayor o menor medida. No se sabe si el problema está aumentando o si es que en los últimos tiempos se hizo más público, pero sí se conoce que las mujeres tienen el doble o triple de posibilidades de tener este problema.
Profesionales de la salud mental consultados por BBC Brasil advierten, sin embargo, de una creciente tendencia en la psiquiatría actual a "medicar" un sufrimiento que es natural para la condición humana. Y argumentan que la llamada fobia social debe entenderse en el contexto de una sociedad que requiere cada vez más que las personas se expongan en público para tener éxito.
El espacio público se ha convertido en un espacio para el exhibicionismo, aseguran. Y dicho espacio es despiadado con quienes que se resisten a hacerlo.