Las noches en vela pasan factura al cerebro. Más de lo que parece. Aparte del cansancio o la falta de concentración del día posterior, el rendimiento cognitivo puede resentirse a largo plazo y de forma más grave. Un estudio de la Fundación Pasqual Maragall, especializada en la investigación del alzhéimer, ha encontrado modificaciones en la estructura cerebral que sugieren un vínculo entre el insomnio y el desarrollo de esta enfermedad neurodegenerativa.
La investigación, realizada con personas sanas, ha encontrado que quienes padecen insomnio presentan cambios en algunas zonas del cerebro que también resultan afectadas en etapas tempranas del alzhéimer. El daño cerebral en esta dolencia neurológica echa a andar mucho antes de que el paciente desarrolle los primeros síntomas.
No es la primera vez que se relacionan los trastornos del sueño con un alto riesgo de demencia. Un estudio publicado en 2018 en la revista Alzheimer's & Dementia ya apuntaba que el insomnio a mediana edad se asocia con un mayor riesgo de este tipo de dolencias neurodegenerativas.
La investigación de la Fundación Pasqual Maragall, realizada entre 1.683 personas sanas —615 con insomnio— y publicada en la revista Alzheimer's Research and Therapy, constata que aquellos participantes con trastornos del sueño tenían un menor volumen en regiones cerebrales como el precúneo o el córtex cingulado posterior. "Son áreas que participan en redes que trabajan en el funcionamiento de la memoria, el rendimiento... En estas áreas es donde se acumula el daño neurológico en las etapas iniciales del alzhéimer.