Un satélite en órbita ha descubierto una misteriosa masa de granito emisora de calor enterrada bajo la superficie de la cara oculta de la Luna.
Científicos han descubierto una formación anómala de granito radiactivo que ha estado liberando calor lentamente bajo la superficie en un cráter en la cara oculta de la Luna. Este hallazgo inesperado podría brindar valiosas pistas sobre la historia de nuestro satélite natural.
Aunque parezca sacado de una obra de ciencia ficción, se trata de vulcanismo ancestral. Durante mucho tiempo se ha sabido que la Luna tuvo campos de lava y erupciones en su pasado, pero nunca se había encontrado evidencia de un volcán más convencional, similar a los de la Tierra. Sin embargo, los astrónomos han observado lo que se encuentra debajo de los cráteres Compton-Belkovich y han llegado a una sorprendente conclusión.
Según un nuevo estudio publicado en la revista Nature a principios de este mes, se cree que un volcán inactivo desde hace aproximadamente 3.500 millones de años es la fuente de este inusual trozo de granito.
Antiguos volcanes lunares
"Es más parecido a la Tierra de lo que habíamos imaginado que podía producirse en la Luna, que carece del agua y de las placas tectónicas que ayudan a la formación de granitos en la Tierra", declaró en un comunicado el autor principal del estudio, Matt Siegler, del Instituto de Ciencias Planetarias de Tucson (Arizona).
En su artículo, los investigadores sostienen que la existencia de granito bajo la superficie sugiere que la cara oculta de la Luna, la cual ha sido menos explorada y siempre ha permanecido opuesta a la Tierra, albergó en su pasado temprano uno o varios volcanes que entraron en erupción hace aproximadamente 3.500 millones de años.
"Cualquier gran masa de granito que encontramos en la Tierra solía alimentar a un gran grupo de volcanes", afirmó Siegler.
Siegler y su colega Rita Economos, de la Universidad Metodista del Sur, descubrieron el calor con un nuevo método que utiliza microondas para medir las temperaturas del subsuelo a través de los orbitadores lunares Chang'E 1 y 2 de China. También utilizaron datos de los orbitadores Lunar Prospector y Lunar Reconnaissance de la NASA.
"Lo que descubrimos fue que uno de estos supuestos volcanes, conocido como Compton-Belkovich, era absolutamente brillante en longitudes de onda de microondas", dijo Siegler. "Lo que esto significa es que está caliente, no necesariamente en la superficie, como se vería en el infrarrojo, sino bajo la superficie. La única forma de explicarlo es que el calor adicional proceda de algún lugar situado bajo el objeto, en la corteza lunar más profunda. Así que Compton-Belkovich, que se cree que es un volcán, también esconde una gran fuente de calor debajo", agregó.
Radiactividad de los elementos adheridos a las rocas
Los datos revelan la presencia de una extensa área rica en silicio con aproximadamente 20 kilómetros de ancho, la cual los investigadores identifican como la caldera del antiguo volcán. Esta región muestra una temperatura que es 10 °C más elevada que su entorno circundante. Sin embargo, esta disparidad térmica, según los investigadores, no se debe a la presencia de magma debajo de la superficie, sino a la radiactividad de los elementos adheridos a las rocas.
"Interpretamos que este flujo de calor procede de un cuerpo de granito rico en radiogénicos situado bajo la caldera", explica Siegler. "A decir verdad, nos quedamos un poco perplejos cuando lo encontramos: por suerte, mi mujer, la Dra. Rita Economos, es la geoquímica de la familia, así que, con su orientación, pudimos reconstruir la probable causa geológica de la anomalía térmica", añadió.
Economos ofrece una explicación sobre este descubrimiento destacando la presencia de un batolito con un ancho de 50 km. Los batolitos, explica, son formaciones rocosas volcánicas que se generan cuando la lava se eleva en la corteza terrestre pero no llega a erupcionar en la superficie. Ejemplos conocidos de rocas de granito similares que emergen a la superficie se pueden encontrar en el Capitán y el Half Dome en Yosemite, California.
A pesar de los fascinantes hallazgos, los científicos se enfrentan a un panorama con más interrogantes que respuestas.
"Si no hay agua, se necesitan situaciones extremas para producir granito", explica Siegler. "Así que aquí tenemos un sistema sin agua y sin placas tectónicas, pero con granito. ¿Había agua en la Luna, al menos en este lugar? ¿O simplemente hacía mucho calor?".
*Editado por Felipe Espinosa Wang.