La historia se remonta hasta hace un par de años, en 2016, cuando se descubrió que en las ventanas del sótano de un edificio en la esquina de Bergsgatan y Almbacksgatan, alguien había construido dos pequeños restaurantes (sus escaparates miden aproximadamente 30 x 70 cm) dirigidos a los ratones: Noix de Vie y Il Topolino.
there's a record shop for mice in Sweden pic.twitter.com/r5Zy2wW5fD
— Ian Wade (@WadeyWade) August 15, 2020
Uno vende nueces exclusivas y el otro, de estilo francés, tiene el queso como ingrediente estelar. Además de unos interiores exquisitamente elaborados, hay carteles sobre los próximos conciertos de ratones y otros eventos. Lo cierto es que la cantidad de detalles que se utilizaron para crear aquella primera instalación de arte callejero resultaba increíble.
Sobre el artista o colectivo, una versión evolucionada de Banksy, se sabe muy poco. Sabemos que a los dos primeros “locales” para roedores les siguieron otros, como una pequeña feria o parque de atracciones en Södra Förstadsgatan, llamada Tjoffsans Tivoli en honor a uno de los personajes más famosos de la escritora de libros infantiles sueca Astrid Lindgren. En dicha feria, podemos encontrar, desde una casa de los horrores a la que se ingresa por la boca de un gato, hasta una noria para ratones.
Uno de sus últimos trabajos consiste en una mini tienda de discos llamada Ricotta Records, en la calle Nygatan en Lund, Suecia. En ella podemos ver dos de los "grandes éxitos” de este verano para roedores: Destiny’s Cheese y Minor Enemy, junto con carteles de grandes figuras de la música ratonil como Dolly Parsley, Rats Against the Machine y Johnny Cashew.
En definitiva, una maravillosa obra callejera que lleva cuatro años en activo y cuyas andanzas podemos seguir a través de su cuenta de Instagram.