Además de los ya conocidos Pueblos Mágicos, el Estado de México cuenta con otros lugares llenos de tradiciones y naturaleza, los cuales son excelentes para escapar de la rutina y vivir algo nuevo durante estas vacaciones de Semana Santa.
De acuerdo con la Secretaria de Turismo del Estado de México, Aurora González Ledezma, aseveró que, se pueden encontrar sitios poco conocidos con historia, hermosos bosques, cascadas, presas, parques ecoturísticos, tierras de clima cálido e innumerables atractivos.
Uno de estos es es Amanalco, que pertenece al Corredor Mariposa Monarca, poblado situado entre las montañas de la región central del estado, en donde se puede respirar el aroma a pino y oyamel, alienta a los viajeros a pasar unos días junto a la presa y rodeados de naturaleza.
Se puede remar, hacer rapel o ciclismo de montaña, realizar caminatas, saborear una deliciosa trucha y comprar alguna de las artesanías, desde hermosos textiles bordados en punto de cruz realizados por las artesanas de origen otomí, hasta las magníficas figuras de madera.
También puedes disfrutar de Ixtapan del Oro, al poniente de la entidad, un sitio ideal para pasar unos días en compañía de familiares y amigos. Este poblado cuenta con atractivos naturales como una cascada, aguas termales, cañadas, montañas y agradables hoteles campestres con alberca.
Zacualpan, en el Corredor Tierras del Sur, es una tranquila población con raíces mineras, en donde, desde inicios del XVI se extrajo oro y plata. Este lugar se distingue por los típicos techos de teja, inclinadas calles empedradas y por los grandes cimientos de piedra sobre los que descansan sus principales iglesias y edificios.
Destaca la gastronomía de este lugar, con jumiles en salsa, mole de olla, tamales de haba y frijol, tortillas hechas a mano o bien aromáticos atoles de arrayán, maíz y ciruela y, desde luego, el chileatole.
En el Corredor Teotihuacán, al nororiente del estado, se encuentra el Pueblo con Encanto de Papalotla, municipio que ofrece a los turistas edificios histórico-religiosos, entre ellos el Templo de Santo Toribio Obispo de Astorga, con ornamentación barroca que data de inicios del siglo XVIII.