La música, históricamente, ha sido una de las formas más bellas de la expresión humana, y la calurosa tarde de este jueves 11 de abril no fue la excepción.
La ciudad de Toluca convulsionada por el tránsito vehicular y la violencia sin razón desatada por estudiantes normalistas, no fue impedimento para que la Catedral fuera el escenario del preámbulo del Viernes de Dolores, con un concierto de música sacra interpretado por la Orquesta Filarmónica de Toluca (OFiT), así como los coros Infantil y Juvenil.
Las puertas de la iglesia más grande del Estado de México se abrieron poco después de las 6 de la tarde. Poco a poco la gente entraba al santuario que se encontraba ampliamente iluminado, sin embargo, a diferencia de un día común, se escuchaban acordes disonantes de los músicos que afinaban sus instrumentos para transmitir por medio de su música una parte del misticismo que envuelve a la Semana Santa.
Poco después de las 19 horas, un hombre ya cansado por los años y sostenido de dos bastones se presentó ante la audiencia, se trataba de Monseñor Guillermo Fernández, vicario de Toluca. Explicó brevemente el significado de las piezas que se interpretarían, así como el preámbulo al Viernes de Dolores.
Los músicos se acomodaron en sus lugares frente a la escalinata que lleva al altar; vestidos con una túnica roja, los niños del Coro Infantil del Ayuntamiento de Toluca se instalaron en la parte baja de la escalinata y fueron seguidos por el coro Juvenil de Toluca, quienes formaron una fila en la parte superior, dejando de fondo al Cristo, como coronación de un acto solemne.
David Arontes, Director Huésped de la Orquesta Filarmónica de Toluca, ingresó al recinto flanqueado de la soprano Victoria Amaro y la contralto Elda Ortiz para iniciar el recital.
Stabat mater Dolorosa (Estaba de pie la madre) rompió armónicamente el silencio del claustro, interpretada por ambos coros de Toluca y guiada por las cuerdas de la filarmónica, dio la bienvenida al público y resonó en las paredes de la Catedral toluqueña.
Fue en ese momento que los lugares destinados para los miembros de Ayuntamiento de Toluca fueron ocupados por el público más cercano, pues a pesar de la belleza del recital, ni el edil Juan Rodolfo Sánchez, ni la Directora de Cultura, Cecilia Portilla, acudieron para presenciar el evento organizado por la administración municipal.
Sin tomar importancia a la ausencia común de los funcionarios, los músicos continuaron con las notas hasta llegar al primer dueto interpretado magistralmente por las voces de la soprano y la contralto, que deleitaron al público en la parte más álgida del concierto.
Quando corpus morietur (Cuando mi cuerpo muera) fue la última pieza de la tarde, interpretada por ambos coros encabezados por la maestra Lisset González y el maestro David Soteno, que armónicamente rompieron el silencio previo a la Semana Santa que se vivirá en la capital mexiquense.
Poco a poco la gente se retiró del inmueble para recuperar la sepulcral paz en la inmensidad de su bóveda, mientras en el exterior la noche comenzaba a caer en medio del caos de la capital del estado más poblado del país.