Aunque una serie de sequías coincidió con el ocaso de los mayas en el siglo IX, un nuevo estudio ha demostrado que esta cultura consumía hasta 50 plantas diferentes, de las cuales, muchas de ellas, eran resistentes a la falta de lluvias.
“Incluso en la situación de sequía más extrema, y no tenemos pruebas claras de que así haya ocurrido, 59 especies de plantas comestibles habrían persistido”, explica Louis Santiago, fisiólogo de plantas de la Universidad Comunitaria de Riverside, California, y principal autor de esta nueva investigación.
El artículo detalla que entre las plantas más resistentes que los mayas habrían recurrido para sobrevivir durante estos periodos se encuentran la mandioca, con sus tubérculos comestibles, y el palmito. Otra es la chaya, un arbusto domesticado por los habitantes de esta civilización mesoamericana que, incluso, hoy en día continúan comiendo sus descendientes, gracias a que sus hojas son ricas en proteínas, hierro, potasio y calcio.
Sin poder encontrar una lista completa de plantas alimenticias mayas indígenas, uno de los coautores, Scott Fedick, se dio a la tarea de compilar y publicar una que se basa en décadas de conocimiento sobre las plantas mayas. Y es que ante muchas especulaciones sobre la sequía como la causa principal del acabose de la cultura, él y Santiago decidieron examinar las 497 plantas de la lista para determinar su tolerancia a la sequía.
“Cuando los botánicos estudian la resistencia a la sequía, generalmente se refieren a una planta específica o un ecosistema en particular”, dijo Fedick.
“Una de las razones por las que este proyecto fue tan desafiante es porque examinamos la flora dietética de toda una civilización: plantas anuales, perennes, hierbas, árboles y especies tanto domesticadas como silvestres. Fue un esfuerzo único”, agregó.
A pesar de que los investigadores aún no tienen una respuesta clara sobre por qué se desmoronó la antigua sociedad maya, sospechan que factores como la agitación social y económica jugaron un papel importante.