El Museo Mural Diego Rivera celebró con un recorrido guiado en lengua náhuatl en torno al mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, que el artista guanajuatense pintara entre julio y septiembre de 1947.
El recorrido, además de abordar el contenido de la obra, también alude la historia del recinto. Esta actividad del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), realizada en el marco del Día Internacional de los Museos, se llevó a cabo en colaboración con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI).
“El proyecto abordó los temas que ofrecemos durante nuestras visitas tradicionales, solo que en náhuatl. Se habló sobre la historia del mural y de los personajes que aparecen, que fueron protagonistas de la historia de nuestro país. Este es un recorrido no solo de acercamiento a la obra de Rivera, sino, particularmente, a la diversidad cultural que existe en el país”, señaló en entrevista Marisol Argüelles, directora del recinto.
“El mural concentra varias etapas de la historia de México. Se explica el momento histórico, quiénes son los personajes, el papel de éstos dentro de la historia y de la composición pictórica y se alude a algunas reflexiones que el artista hace a través de su obra.
“Es muy interesante ligar este ejercicio en lengua indígena con el mural, porque hay personajes que tienen que ver con estos sectores de nuestra sociedad. Por ejemplo, aparece el personaje de ‘La revoltosa’, que es una mujer indígena, quien, se dice, tenía una relación muy estrecha con Diego Rivera.
Además de los personajes históricos, el recorrido se detuvo en una de las creaciones artísticas más icónicas de México representada por Rivera: La Catrina, así como en personas que formaron parte de los círculos cercanos del guanajuatense: Frida Kahlo, Lupe Marín, las hijas del artista, Rosa Rolanda y el artista mismo como un niño comiendo una torta.
Sobre la actividad, Argüelles comentó que es un ejercicio de acceso y diversidad en dos sentidos: “Encontrarse con un idioma implica el encuentro con otras sonoridades, con otra manera de pronunciar el mundo, de cosmovisiones distintas. Creemos que este proyecto no sólo tiene que ver con la inclusión y el acceso al arte, sino con el papel que tienen los museos en tanto espacios de encuentro y conservación de la cultura en general.
“Es una actividad dirigida a los hablantes de lenguas originarias, específicamente náhuatl, pero también de acercamiento para aquellos que no conocen o han escuchado esta lengua. En México hay una enorme diversidad de lenguas, son más de 60, con 350 variantes. Es fundamental apreciar nuestra diversidad cultural y ser sensibles a esta”.