Una pieza con forma de cabeza de venado debajo de dos puntos y una línea fue encontrada en el yacimiento arqueológico de San Bartolo, Guatemala; y de acuerdo con los expertos, es la evidencia más antigua de una anotación del calendario maya.
Este fragmento, junto con otros diez restos murales, fueron hallados durante un recorrido en la pirámide de Las Pinturas, encabezado por David Stuart, considerado como uno de los más grandes conocedores de la cultura Maya, quien los dató entre 300 y 200 a.C.
“La pieza, perteneciente al periodo preclásico tardío de la cultura Maya revela una tradición de escritura establecida, múltiples manos de escribas y murales que combinan texto con imágenes de un complejo ritual temprano”, explicó Stuart en un comunicado.
Tras un análisis más detallado, Stuart y su equipo indicaron que estos restos podrían ilustrar una tradición artística y de escritura madura en la región durante el siglo III a.C., lo que significaría que el calendario maya ya se utilizaba desde hace tiempo.
“Gracias a esta nueva evidencia, ya no podemos señalar a una región de Sudamérica como el `punto de origen´ de las escrituras o del registro calendárico, ya que éstas apuntarían a un origen aún más temprano, específicamente en algún momento del periodo Preclásico Medio o antes”, concluyó el especialista.