*El empoderamiento de las víctimas
*¿De lo perdido... lo recuperado?
- El revuelo que ha causado el #MeToo es drástico, y el problema no son las denuncias en las redes sociales, sino que las víctimas no tienen los canales, herramientas ni seguridad para denunciar ante las instancias correspondientes. Los señalamientos, por ejemplo, se acumulan en contra de diversas personas, pero hay profesores de la UAEM que suman varias, sin embargo, al no ser un cana "oficial", no se investiga de oficio. Las redes sociales son armas peligrosas que deben tomarse con la seriedad que implican, hay denuncias que podrían destruir vidas, ya que en el mismo lugar se acusa, se enjuicia y se castiga, y el principio de presunción de inocencia se vulnera a todas luces. Urge que las autoridades tomen cartas en el asunto, o se va a descontrolar… sí, aún más.
- Honor a quien honor merece. A las mujeres que en el Estado de México levantan la voz y denuncian la violencia, a las mujeres que se exponen por defender a las otras que como ellas han sufrido agresiones en este estado gobernado, como ellas lo dicen, por el patriarcado. A las que salen a las calles poniendo su puño y corazón contra la violencia, a las que dan la cara y enseñan al resto cuál es la hoja de ruta, salir del anonimato y hacerse del espacio público.
- Es difícil creer que los cuatro ex diputados locales del PES desconocían las limitaciones parlamentarias que tendrían cuando se declararon “independientes”. Ahora, pretenden recuperar todos los derechos a los que renunciaron con esta decisión, por la vía de una reforma a la Ley Orgánica del Poder legislativo local. Así ocurre cuando se toman determinaciones viscerales y se legisla a capricho. Como si la sociedad no se hubiera cansado ya del “saltinbanquismo” o “chapulineo” político.