Campañas sucias
Responsabilidad ciudadana
- Los partidos emergentes, la “chiquillada”, se encuentran realizando una campaña meramente testimonial, sin mayores sobresaltos y con lo suficiente para comprobar los gastos de campaña del presupuesto público otorgado por el IEEM, en su mayoría los candidatos han hecho campaña sin la intención de ganar y en muchos de los casos, sin ser reconocidos por la ciudadanía, quienes parece que están más apáticos de lo normal. Será tremendamente difícil que los legisladores regulen estrictamente la creación de nuevos partidos, por lo que elección tras elección se convierten en una forma relativamente sencilla de obtener recursos procedentes del erario público.
- Es lamentable el rumbo que toman las campañas políticas en México, ya que son pocos los candidatos que buscan una propuesta real a las necesidades de sus ciudadanos, pues cuando no se la pasan en campañas de descalificación, se la pasan con promesas imposibles, fuera de la realidad, o que no se encuentran en su ámbito de competencia. Al final, las campañas políticas son o una feria de basura o un breviario de ilusiones y buenos deseos, mientras los que pagan los platos son los ciudadanos que no tienen una opción real para elegir a sus gobernantes.
- La utilización, cuidado y resguardo del espacio público es una responsabilidad compartida entre sociedad y gobierno, sin embargo, parece que a la ciudadanía se le olvida que lo que ocurre en sus calles, por mínimo que pueda ser, afecta directamente a la comunidad. Tirar un papel, una bolsa de plástico, un cubrebocas en la calle o en el lecho de un río, puede provocar inundaciones o encharcamientos severos, está conciencia ciudadana no ha prevalecido, por el contrario, pareciera y más en época electoral, que todo es culpa de “papá gobierno”, ya sea municipal, estatal o federal, dependiendo de a quien se busque golpetear, pero la realidad es que la responsabilidad debe de asumirse también desde la sociedad.